Me habían hablado mucho de esta serie, si lo mejor de lo mejor, que si era excelente, así que aprovechando una noche solitaria -los críos en la cama y mi mujer de guardia-, empecé con el primer capítulo, y no puedo parar, no puedo dejarlo. Es una experiencia brutal.
-Cuando estabas casado hacíamos el amor en habitaciones oscuras de moteles sin nombre, ahora que has dejado a mi mujer sólo vienes a mi casa para preguntar por cosas de trabajo.
(Se besan, desnudan...)
-¿Te has corrido?
-No sé porque lo preguntas, se que en el fondo no te importa.
Os dejo este brillante artículo de Jot Down para conocer mucho mejor esta Obra Maestra, y al final un vídeo con la escena genial del ajedrez -lo cuelgo en castellano, lo suyo es escucharlo en el inglés de los barrios bajos de Baltimore.
¿La serie de televisión más grande de todos los tiempos?
Bueno, con toda seguridad una de las cuatro o cinco más grandes. Se dice tan a menudo que se ha convertido casi en un tópico incómodo, pero no por tópico deja de ser cierto: el mejor cine actual está fuera de los cines, más concretamente en las series de televisión. Algo impensable hace unas pocas décadas, donde a nadie se le pasaba por la cabeza equiparar la calidad del drama televisivo con el cinematográfico… pero hoy la opinión general es que la TV ha sobrepasado al cine comercial en cuanto a logros artísticos. Mucha gente se dio cuenta de ello con la explosión de The Sopranos, la serie cuyo éxito cambió para siempre la percepción global de la relevancia del drama en la pequeña pantalla. Estaba producida por una cadena norteamericana de cable, la HBO, que ha demostrado —y podrían tomar nota las cadenas españolas— que la mejor forma de imponer respeto en el mundo audiovisual sigue siendo el hacer las cosas con la mejor calidad posible.
Aunque durante un tiempo pareció que The Sopranos no tendría competidoras directas en las listas de mejores series en esta edad dorada del drama televisivo, la propia HBO se encargó de crearle una dura competencia sobre la marcha. The Wire es citada por bastantes críticos como quizá “la mejor serie de televisión de la historia”. Aunque pueda parecer la típica hipérbole propia de fans, lo cierto es que nadie que la haya visto podría atreverse a negar que es, como mínimo, una de las más serias candidatas. A algunos les gustará más The Sopranos, otros añadiríamos una tercera serie de HBO (Deadwood) a la trilogía de Series Sagradas, pero no recuerdo una serie dramática que haya mantenido semejante nivel a lo largo de cinco temporadas, sin prácticamente flaquear un instante, como lo hizo The Wire.
Es el momento de decirles algo a los lectores que nunca la han visto y que creen que saben lo que se están perdiendo: mucha gente no se toma muy en serio la fervorosa recomendación de The Wire, por la sencilla razón de que lo primero —y último— que escuchan es que se trata de una “serie policíaca”. Cuando oyen mencionar el término “policíaca” dejan de prestar atención; creen que se hacen una idea comparándola mentalmente con las series policíacas que ya conocen. Pero, ¡nada más lejos! The Wire no sólo tiene un nivel narrativo que ya apenas puede verse en las salas de cine, sino que es demasiado compleja como para ser considerada simplemente una serie de género: la temática policial domina la primera temporada, pero las cuatro siguientes son tan distintas entre sí que calificar The Wire como “serie de policías” sería como decir que El señor de los anillos es un tratado de bisutería.
Así pues, si no es una serie policial, ¿qué es The Wire? Buena pregunta y difícil de responder con un único adjetivo que no sea “obra maestra”. Así que responderemos por partes. Podríamos decir, para empezar, queThe Wire es un canto a la ciudad de Baltimore. ¡No, amigo lector, no huya todavía! Esta serie no es un documental turístico: quédese y siga leyendo.
En 1988 el Wall Street Journal, inspirado por Burton Malkiel y su libro “Paseo aleatorio por Wall Street” lanzo el retóal mundo de la bolsa de si eran capaces de vencer a un mono con los ojos vendandos lanzando dardos contras las paginas del diario donde figuraban las cotizaciones. Las compañías tocadas por el dardo formarían la cartera de valores.
Esta cartera de valores fue comparada con los fondos de inversión y por los portafolios construidos por varios analistas de prestigio. El experimento demostró que un chimpancé podía batir los resultados y previsiones de los analistas, lo cual hizo subir a mas de uno los colores. Esta cartera había superado el 85% de los fondos.
El diario económico Expansión hizo la prueba en 1998, según el libro de José Antonio Fernández Hodar“Manual del buen bolsista”. Elmono llamado Merlín lo pusieron a competir con varios departamentos de análisis españoles. Merlín ganó por “goleada” a los departamentos y algunos analistas se negaron a seguir compitiendo con el diestro animal, pues lo consideraron deshonroso.
Así se ha creado un elemento de la jerga bursátil pues elegir una cartera de valores al azar se denomina la cartera del mono, esta puede ser más rentable que pensarla concienzudamente algunas veces.
Sin embargo, no todos piensan lo mismo. Hay autores que dicen que el experimento del mono no es más que un mito y que para batir al mercado hay que hacerlo de forma sistemática y no sirven elecciones aleatorias.
Descubrí este grupo en "Pequeñas Mentiras sin Importancia", al principio, en el bar, cuando el colega pilla la moto. Os dejo un par de enormes canciones.
She Holds a Grudge de Jet.
She holds a grudge Like no other woman I ever met before Yeah there are some tears Then after, it's like a million years Well she comes around But I can't tell If she let herself be held
I gotta do something, sometimes
Once In my life I'm gonna say sorry Before I die
When, I?m alone Well I don't feel I think too much Well I don't know enough No ones right all the time
I gotta do something, sometimes
Once In my life Im gonna say sorry before I die Baby Im sorry So sorry I apologise
Babe when I hold you Then you will know You're my woman
Believe me it is the only way Don't leave me hear what I say Yeah carry me back home Back home
For once In my life Im sorry I apologise Babe please don't tell me That all you see is black No And when I hold you Then you will know You're my woman
La Di Da de Jet.
Let it come down let it all come down Get up get in get out, do you have something to say? Only you don't get to talk, not to me that way
Let it come down let it all come down Come on come on come on Are you feeling the same I will still be standing here, when you walk away
I don't know anymore What I need and what for All I know, is there must be something more
Let it come down let it all come down You know you know you know It don't matter what those people say You don't want to live your life someone else's way
I don't know anymore [ Jet Lyrics are found on www.songlyrics.com ] What I need and what for All I know, is there must be something more
La di di La di da How did we ever get this far Well I know, that there must be something more
Let it come down let it all come down Come on, come on, come on, do you have something to say? Only you don't get to talk, not to me that way
I don't know anymore What I need and what for All I know, is there must be something more
La di di La di da How did we ever get this far Well I know, that there must be something more
Capablanca fue mi ídolo durante la infancia, con siete años acudía a uno de los bares del pueblo, "La Renaixença", para jugar partidas de ajedrez contra los jubilados, horas y horas pasé ante el tablero, ganando y la mayoría de veces perdiendo, y cuando preguntaba por el gran jugador, siempre me respondían, Capablanca, y yo me quedé con ese nombre, y soñé que un día cualquiera de esos geniales jubilados me descubriría que él era Capablanca, que abandonando los focos se escondió en un pequeño pueblo del Priorat, Cornudella de Montsant.
Os dejo este par de artículos publicados sobre Capablanca en la imprescindible Jot Down.
Continúa luchando, por lo que crees, por lo que piensas que es justo, por cambiar o por continuar igual, por ti, por los tuyos, por tus sueños, contra tus pesadillas, pero continúa, no te rindas, porque el día que te rindas todo habrá terminado.