dimecres, 30 de juliol del 2008

El anciano bourbon

Un relato que escribí un día soleado. Espero que os guste.


El anciano había dejado de beber bourbon hacía años, cuando el médico le aconsejó dejarlo o su hígado se convertiría en una bola de puré. Escuchó al tipo de la bata blanca, a su mujer y guardó la botella de bourbon en el armario del comedor.

El día que regresó del funeral de su mujer se sentó ante el televisor, un tipo contaba algo gracioso, la gente reía, pero su cara no encontraba los músculos correctos para activar la sonrisa. Se levantó y agarró la vieja botella de bourbon, se sirvió medio glúteo en el vaso y tras saborear el primer trago cogió la botella y leyó. “Destilada en Tennessee, USA.” Agarró el atlas que le había regalado su nieto y buscó donde se encontraba Tennessee. Buscó en la enciclopedia el nombre de la ciudad, allí había nacido Elvis Presley, sólo un estúpido se pregunta si estás sola esta noche.

Por la mañana compró quinientos folios, se sentó en la mesa de su comedor y empezó a escribir la historia de su botella de bourbon. De cómo el cristal había sido reciclado de varias botellas de refresco, de cómo había envejecido en los barriles norteamericanos, de el día que Mary había besado sentada sobre una caja de botellas al muchacho que nunca sería su marido, del viaje del alcohol a través del océano hasta llegar a su casa, de la tormenta que atrapó al barco en la costa irlandesa y casi lo destroza como hizo años antes con la Armada Invencible. La botella llegó, su mujer la compró y ahora la mira, viendo en ella la sonrisa de la mujer que le robó el corazón, para convertirle ahora en el hombre más desdichado del mundo, tras haber sido la persona más feliz junto a la mujer de mil arrugas y ojos verdes.

Volvió a la tienda del pueblo, compro otra botella, se sentó ante ella y la abrió. Se sirvió un trago y volvió a escribir. Diez años después, cuando murió, encontraron en su casa miles de cuartillas contando las historias que habían acompañado a su licor y a su imaginación.